martes, 23 de mayo de 2017

Top 10 de especies descubiertas en 2016. Entre ellas, dos vegetales…

Un saltamontes rosa brillante y una araña con forma de sombrero de mago con increíbles dotes para el camuflaje, plantas que sangran y orquídeas que recuerdan a la representación del diablo junto a un par de animales con cientos de pies son algunas de las especies Top10 descubiertas en 2016. Como cada año el comité liderado por el doctor Quentin D. Wheeler, del Internationl Institute of Species Exploration (IISE) en el que participa el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), Antonio García Valdecasas, elabora esta lista que nos recuerda la importancia que tiene conocer y clasificar la biodiversidad.

Solanum ossicruentum

Completan esta relación una raya de agua dulce descubierta en el río brasileño Tocantins -que alberga 350 especies endémicas de sus aguas-un gusano marino, una hormiga espinosa, una rata que, frente a sus parientes carnívoras, ha aprendido a disfrutar de una dieta omnívora y un arbusto que produce frutos “que sangran”.

Este año se cumplen 10 años desde que comenzó a elaborarse este listado. "En estos años se han descubierto y nombrado cerca de 200.000 especies. Lamentablemente la noticia no se queda ahí, sino que hay que recordar un año más, la crisis de la biodiversidad en la que estamos inmersos y que hace que las especies se extingan sin darnos tiempo a descubrirlas", explica Quentin D. Wheeler.

Telipogon diabolicus
"Con esta iniciativa tratamos de concienciar sobre la importancia de seguir conociendo y poder así proteger la incalculable biodiversidad que nos rodea. Cada especie es un tesoro que nos descubre diferentes estrategias para sobrevivir, pero solo conocemos una pequeña parte. Ordenarlas por parentesco, nombrarlas y conocer, tanto su forma de vida, como sus áreas de distribución, es la única forma posible de entender el desarrollo de la vida sobre nuestro planeta y aprender a protegerla", explica Antonio G. Valdecasas, del MNCN.

La lista se publicó el pasado sábado para celebrar el aniversario de Carlos Linneo, botánico sueco del siglo XVIII considerado padre de la taxonomía moderna. Las cifras varían, pero según los científicos quedan alrededor de 12 millones de especies por descubrir, cinco veces más de las que ya se conocen.

Puedes consultar la lista top 10 completa en este enlace.

Fuente: MNCN-CSIC

domingo, 14 de mayo de 2017

Conferencia: “El árbol de los gansos y otros animales-vegetales”, de Juan Junoy

Este martes día 16, Juan Junoy, del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá, imparte una conferencia bajo este interesante título en el que hablará sobre la verdad que hay tras esta curiosa  historia medieval y acerca de otros casos de animales-vegetales que pueblan los relatos sobre zoología fantástica.

El árbol de los gansos. “Cosmographie Universelle” Munster, 1552.

La charla tendrá lugar en el Whelan´s Irish Pub (calle Corral de la Sinagoga s/n, Alcalá de Henares) a partir de las 19.30 horas. Entrada gratuita.

Para saber más:



miércoles, 10 de mayo de 2017

Árboles devoradores de hombres (V): El árbol eléctrico de Nueva Guinea

En el capítulo de hoy, nuestra serie dedicada a los árboles devoradores de hombres nos traslada imaginariamente al otro confín del mundo. Las intrincadas selvas de Nueva Guinea nos esperan para mostrarnos la historia de una espeluznante criatura capaz de matar por medio de descargas eléctricas. Su nombre, Elessia eléctrica. El momento, finales del siglo XIX, una época llena de fabulosas aventuras relacionadas con lo más oculto del mundo vegetal…

Lugar aproximado donde se encontró Elessia electrica

El 6 de octubre de 1885, una expedición alemana comandada por el teniente Von Immer Gassende y un científico de apellido Kümmel, desembarca en una bahía al este del cabo Della Torre de la entonces Nueva Guinea Alemana, con el vapor-correo francés Salazie, procedente de Sidney.

Tras un agotador viaje de doce días hacia el interior de la isla, durante los que tuvieron que soportar enjambres de temibles mosquitos, zonas pantanosas, amenazadoras criaturas y la hostilidad de los nativos, la expedición descubre una meseta de vegetación menos densa e insalubre, situada a unos 1500 metros de altitud.

Nada más llegar, el grupo se vio sorprendido por la presencia de numerosos esqueletos de animales esparcidos en los claros del bosque. El silencio era casi total y la brújula que les ayudaba a guiarse comenzó a fallar como si estuviera “completamente borracha”, en palabras del teniente Von Immer.

¿Un cementerio de animales en mitad de una anomalía magnética?

El Dr. Kümmel, la persona encargada en la expedición de catalogar posibles nuevas especies de animales y plantas, encontró algo sorprendente en el lugar. En uno de estos claros sobresalía la figura de un árbol de gran tamaño perteneciente a una especie desconocida. La criatura estaba rodeada de extrañas raíces con pústulas que sobresalían del suelo, rodeando al árbol como si de un sistema de defensa se tratara.

El vapor-correo Salazie en el puerto de Marsella

Sabiendo que estaba ante una especie sin catalogar, Kümmel ordenó a uno de los seis soldados que les acompaña que cortara una de las pústulas con su machete. En su interior, la protuberancia presentaba un curioso núcleo negro y duro. El doctor, que nunca había visto nada igual, fue a recoger la muestra cuando -de repente- gritó de dolor, cayendo aturdido al suelo al recibir una potente descarga eléctrica. Otro de los miembros de la expedición,  tomó el trozo de árbol y sufrió la misma suerte.

A pesar de lo sucedido,  decidieron realizar un experimento. Como no tenían un galvanómetro a mano, tomaron un alambre de cobre doblado y lo colocaron en cada extremo del núcleo. Al hacerlo,  éste generó una violenta explosión de energía eléctrica, lo suficientemente fuerte como para quemar el alambre. El extraño árbol tenía corriente propia…

En su diario de viaje, Von Immer escribió lo siguiente sobre el curioso espécimen: "Cada rama del árbol presentaba núcleos similares, los cuales parecían hacer circular corriente por todo su organismo. No sé cómo ni cuanta energía podía almacenar, pero debo decir que era lo suficiente para derribar a un hombre adulto. Hicimos muchos más experimentos en el árbol, y lo habríamos cortado, pero parecía un trabajo peligroso para emprender. Vimos muchos más del mismo tipo más allá, un bosque entero, de hecho”.

Nueva Guinea Alemana
(1885-1918)
Un regreso precipitado…

A pesar de esta afirmación, se cree que se tomaron muestras de la criatura (de sus semillas, núcleos y ramas) y se llevaron de regreso a Alemania, donde se perdió su pista. Por desgracia, los expedicionarios tuvieron que volver apresuradamente a su barco a causa de la repentina enfermedad de Von Immel, aquejado de una cruel y peligrosa fiebre.


Ya en el barco de vuelta, el químico de a bordo analiza el núcleo de las protuberancias, concluyendo que se trata de un tipo de carbón muy puro con unas pequeñas trazas de ceniza.

Tiempo después, el Dr. Kümmel especuló con que el extraño árbol era el causante necesario de la presencia de los esqueletos de animales en la zona, a los que habría matado mediante sus descargas eléctricas. Bautizó a la nueva especie como Elassia eléctrica, por su inusual característica, pero jamás se encontró otro ejemplar para dar veracidad a su historia.